noviembre 11, 2020

Perspectivas

Fernand Braudel y la larga duración: el legado de los Annales



A lo largo del siglo XX, la forma de hacer Historia tuvo una transformación imprescindible de la mano de la escuela de los Annales. Esta metamorfosis surgió a partir de la intención de Marc Bloch y Lucien Febvre de desafiar el paradigma positivista dominante hasta ese entonces. La nueva escuela, impulsada por los dos personajes antes mencionados, se formalizó con la publicación del primer volumen de la Revista de los Annales en 1929. Este nuevo paradigma priorizó el análisis de las grandes trayectorias económicas sobre el estudio de los efímeros eventos políticos analizados por los positivistas. No obstante, la escuela de los Annales fue mucho más allá de lo económico. Al incorporar elementos propios de la metodología de las ciencias sociales como la geografía, la antropología y la psicología social, el nuevo paradigma sentó las bases de lo que se conocería posteriormente como la historia comparativa y la historia de las mentalidades.

El principal heredero del pensamiento de Bloch y Febvre es sin duda Fernand Braudel, a quien se le recuerda como el máximo exponente de la segunda generación de los Annales. Al igual que sus predecesores, Braudel buscaba que la Historia fungiera como síntesis de las otras ciencias humanas, mediante la apropiación de su agenda de investigación y algunos aspectos de su metodología (Dosse, 2006:107). La misión de vida de Braudel fue tratar de agrupar a las ciencias sociales en una investigación colectiva liderada por la Historia y enfocada en los periodos de larga duración.

En el año de la fundación de la Revista de los Annales, Fernand Braudel contaba con apenas veintisiete años (Burke, 1999:38). Tras haber estudiado Historia en la Soborna, en 1929 se desempeñaba como profesor en la Universidad de Argelia, al mismo tiempo que trabaja en su tesis sobre Felipe II y el Mediterráneo. Posteriormente, viajó a Brasil para laborar como profesor en la Universidad de San Pablo, donde impartió clases de 1935 a 1936.

De regreso en Francia, Braudel decidió continuar con la elaboración de su tesis, misma que tuvo un importante cambio de dirección al conocer a Lucien Febvre, quien se convertiría en su padre intelectual en los años posteriores. En este sentido, el fundador de la Revista de los Annales convenció a Braudel de tomar un camino diferente en su investigación, con el cual el tema a tratar en su tesis ya no sería la política exterior de Felipe II, sino el Mediterráneo (Burke, 1990:39) Esto implicó que la nueva tesis cambiara su título original, pasando a llamarse El Mediterráneo y Felipe II.

Es conveniente mencionar que la mayor parte de la tesis de Braudel fue escrita durante la Segunda Guerra Mundial, mientras él se encontraba prisionero en un campamento cerca de Lubeck. En 1945, al encontrase finalmente en libertad, Braudel pudo por fin defender su tesis terminada, misma que publicaría como un libro en 1949.

El principal aporte del trabajo de vida de Fernand Braudel es sin duda su categorización sobre el tiempo de estudio de los historiadores y su preferencia por el análisis de los periodos de larga duración. De acuerdo con Braudel (1970), existen tres temporalidades distintas: a) la factual; b) la coyuntural y cíclica, y c) la larga duración, la más importante para su pensamiento.

En primer lugar, se encuentra la temporalidad factual, que es aquella que analiza el tiempo breve, es decir, los acontecimientos efímeros y explosivos. Esta temporalidad era la más criticada por Braudel, quien pensaba que el análisis del tiempo corto era la gran limitante de la historial tradicional.

En segundo lugar, se encuentra la temporalidad de coyuntura, misma que analiza periodos de tiempo de mayor amplitud, dígase de mediana duración. En los años de Braudel esta temporalidad era mayormente utilizada en los estudios de historia económica y social, donde se pretendía identificar ciclos y oscilaciones.

Finalmente, en tercer lugar está el tiempo largo o la temporalidad de larga duración, la favorita de Braudel, quien a lo largo de su vida abogó por la incorporación de estos largos periodos de estudio no solo a la agenda de investigación de la Historia, sino también del resto de las ciencias humanas.

Siguiendo a Braudel (1970), el estudio de lo episódico o de la corta duración debía ser principalmente el tiempo de los cronistas y no necesariamente del historiador. No obstante, a diferencia de Febvre y Bloch, quienes criticaban a los positivistas por su preferencia por el análisis de lo político y factual, Braudel consideraba que los acontecimientos políticos no necesariamente tenían que pertenecer al tiempo corto. En otras palabras, para Braudel la Historia debía fungir como la suma de todas las historias o la síntesis de las tres temporalidades. Solo así, mediante el estudio de lo episódico, lo coyuntural y la larga duración, la Historia podría convertirse en la ciencia humana dominante en la academia.

Esta síntesis de temporalidades está presente en El Mediterráneo y Felipe II, de ahí que el autor haya decidido dividir la obra en tres partes, desarrollando un enfoque diferente en cada una de ellas.

La primera parte del libro está dedicada al estudio de la larga duración, donde Braudel analiza la relación entre el hombre y la naturaleza. En un segundo momento de libro, Braudel desarrolla el estudio del mediano plazo o la temporalidad de coyuntura. Aquí, el autor analiza las estructuras económicas y sociales del Mediterráneo.

Por otra parte, en un tercer momento, Braudel realiza un estudio más cercano al positivismo y a lo que él llamaba la historia tradicional. Es aquí donde los acontecimientos breves y efímeros finalmente llegan a ser los protagonistas de la obra. En esta parte Braudel desarrolla un análisis sobre la historia política y militar del Mediterráneo, muy cercano a su intención inicial de analizar la política exterior de Felipe II (Burke, 1999:39).

Al igual que los fundadores de la Revista de los Annales, Fernand Braudel también revolucionó la forma de hacer Historia. Inspirado en la obra de Febvre y Bloch, Braudel propuso un nuevo método para el estudio del tiempo. Su propuesta de realizar una síntesis de los tres tipos de temporalidades, dando prioridad al análisis de los periodos de larga duración con el fin de percibir la relación entre el ser humano y el ambiente, es sin duda una de las aportaciones más relevantes de la historiografía del siglo XX.

Referencias

Braudel, Fernand (1970), La historia y las ciencias sociales. Ediciones Castilla, Madrid.

Burke, Peter (1999), La revolución historiográfica francesa. La escuela de los Annales 1929-1984. Gedisa, Barcelona.

Dosse, François (2006), La Historia en migajas. Universidad Iberoamericana, México.