Por lo visto han sido insuficientes los cientos de coloquios y los miles de libros escritos desde el Quinto Centenario de la llegada de Cristóbal Colón en 1992. Todo lo que hemos aprendido con Pablo Escalante y Bernardo García, con Grant D. Jones y Ross Hassig, cuenta poco a la hora de instrumentar la historia desde el Estado. En esa instrumentación se parte del error más común, que es el de confundir historia con memoria.
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