El resultado de las elecciones en España es alentador: no se ha cruzado la línea roja que señala la frontera entre la democracia sin adjetivo y las democracias… no sé cómo llamarlas, ¿autoritarias, nacionales, hegemónicas? […] ¿Dónde corre la línea roja. Corresponde, en los casos que tenemos a la vista, a Polonia, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Italia, Austria, incluso en la Inglaterra de la Brexit, al hartazgo del “pueblo” que no soporta más a los partidos tradicionales, a la política tradicional: “¡Todos corruptos! ¡Todos para afuera! Borrón y cuenta nueva, del pasado haremos tabla rasa.”
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