Tanto en México como en Estados Unidos, Europa y gran parte del mundo, nos negamos a ver lo que viene; mejor dicho, lo que va a continuar durante mucho tiempo: las grandes migraciones que ningún muro podrá parar. Nuestro secretario de relaciones exteriores bien puede presumir de nuestro papel de polizonte y vanagloriarse de haber reducido en un 56% el flujo migratorio hacia Estados Unidos, Donald Trump bien puede reclamar que es insuficiente, la realidad es la realidad.
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